VIAJANDO POR 18 PARQUES NACIONALES DE USA
Autora en Secuoya |
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A los visitantes de los Parques Nacionales, se les recuerda que sus encuentros con la fauna de los mismos, debe hacerse cuidando de no alterar sus hábitos de comportamiento. Por ello se prohíbe el suministro de comida, pues un Parque no es un zoológico, si no un espacio natural, donde la fauna debe desarrollarse, sólo sometida a las limitaciones impuestas por la naturaleza.
El libro invita a la reflexión en cuanto a la declaración de Parques Nacionales, si una vez declarados, no se les asigna la dotación presupuestaria suficiente, para que la gestión de los mismos tenga dos fines irrenunciables:
La preparación del espacio protegido, para el uso y disfrute por el hombre del mismo.
La gestión sostenible de los recursos naturales, para impedir el deterioro o el agotamiento de los mismos.
En la gestión de los Parques Nacionales, no se deben buscar beneficios de explotación, pues ello sería confundirlos con un Parque Temático. La gestión de estos espacios protegidos, debe encaminarse, por parte de los Estados que los declaran, a prestar un servicio a los ciudadanos, que pagan con sus impuestos la declaración y la protección especial de estos espacios.
El libro tiene unas dimensiones de 24x23cm, consta de 300 páginas y lleva incorporadas mas de 300 fotos en color y alta resolución.
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INTRODUCCIÓN 2
ASPECTOS GENERALES 4
RECOMENDACIONES GENERALES 13
PARQUES NACIONALES DEL OESTE 17
LOS PARQUES NACIONALES DE LAS MONTAÑAS ROCOSAS 19
Parque Nacional Rocky Mountain 23
Hacia Gran Tetón y Yellowstone 32
Parque Nacional Gran Tetón 35
Parque Nacional de Yellowstone 41
De Yellowstone a Salt Lake City 63
De Salt Lake City a Moab 69
Parque Nacional de Canyonlands 71
Parque Nacional de Arche 77
De Moab a Denver 82
PARQUES NACIONALES DEL SUROESTE 87
Parque Nacional Capitol Reef 91
De Capitol a Bryce 100
Parque Nacional de Bryce Canyon 103
De Bryce Canyon a Kanab 118
Parque Nacional de Zion 121
De Kanab al Gran Cañon del Colorado 129
Parque Nacional del Gran Cañón 133
Parque Nacional del Bosque Petrificado 145
De camino a Santa Fe 156
Parque Nacional de Mesa Verde 163
LOS PARQUES NACIONALES DE CALIFORNIA 171
San Diego 176
Los Ángeles 177
San Francisco 178
Muir Woods Nacional Monument 182
Parque Nacional de Yosemite 187
Parques Nacionales de Sequoia y Kings Canyon 201
PARQUES NACIONALES DEL NOROESTE 211
Parque Nacional de North Cascades 219
Parque Nacional del Mount Rainier 229
Parque Nacional Olympic 237
PARQUES NACIONALES DE ALASKA 255
Parque Nacional de los fiordos de Kenai 275
Parque Nacional de Denali 283
PRÓLOGO
Para comenzar, debo decir que disto mucho de ser un experto en Parques Nacionales; de ahí, primero mi sorpresa y luego mi preocupación, cuando Gabriel Leblic me pidió que prologase un libro cuyo título era "Viajando por 18 Parques Nacionales de los Estados Unidos". Pensé que sólo una hiperbólica percepción del autor sobre mis conocimientos y posible oficio en tales misiones, sin duda inducida por la amistad, le indujo a tal aparente despropósito.
En una reflexión posterior traté de encontrar otras relaciones que me tranquilizaran tras mi irreflexivo sí. A mi condición de In- geniero de Montes, aunque ya iniciado el camino de la forzosa ju- bilación administrativa, podían añadirse mis específicas actividades profesionales en los campos de gestión técnica de montes y a la especial vinculación docente e investigadora de cómo funcionan los árboles y transmiten por herencia dicho funcionamiento.
Finalmente, decidí que, al margen de estas disquisiciones, primero debía leer el manuscrito y dar una opinión sobre su contenido como mero lector que se recrea con la naturaleza y puede disfrutar de lecturas sobre la misma. Así que me puse a la tarea.
La lectura del manuscrito, abierta y sugestiva, ya desde los primeros parques descritos (Montañas Rocosas, Gran Tetón, Yelloswtone) incita al lector a incorporarse al viaje, o mejor a los viajes, pues las experiencias relatadas por los autores discurren por extensas superficies (la unidad de medida de los Parques son las 100.000 has) con largos recorridos y tiempos prolongados en sucesivos periodos estivales, en los que no se percibe la prisa que atenaza al turista convencional.
Las jornadas transcurridas en los preparativos de los itinera- rios, llegada a los parques; y, sobre todo, en las visitas a los mismos (precedidas de la detención en las respectivos Centros de Vi- sitantes que inundan al turista de mapas y le hacen toda clase de recomendaciones), son fielmente transmitidas al lector, salpicadas de anécdotas vividas y oportunos consejos sobre la mejor ruta a seguir, donde pernoctar, qué elementos del territorio recorrido merecen mayor atención, cuales son las prácticas de uso recreativo de cada parque y los sistemas para moverse en los mismos, con detalles de lugares de entrada y posible acampada, una información de utilidad para el viajero. Todo ello incita al lector a conver- tirse en acompañante de los autores.
La capacidad de observación transmitida en las descripciones de los lugares visitados no está exenta de espíritu crítico, espolea- do sin duda por sus propias experiencias vitales y su condición profesional, pues ambos autores (padre e hija) son Ingenieros de Montes; el autor senior con un dilatado y fértil curriculum, la autora junior, camino de conseguirlo. Estas circunstancias dan con- fianza al lector al recibir información en el ámbito de la geología, el clima, la orografía, en especial la fauna y flora (particularmente forestal) de los ecosistemas visitados, con un grado de detalle y rigor poco común en un libro de viajes; transcribiendo un afán de verlo todo y enterarse de todo, objetivo que acaba compartiendo el lector, que enfrascado en su lectura y convertido en viajero virtual formula preguntas, obviamente no todas contestadas.
Iniciado el primer recorrido en Denver, con los recuerdos del "bighorn sheep", animal simbólico del Estado de Colorado, representante de la fauna del Parque Montañas Rocosas, y del propio nombre del Parque Gran Tetón, se llega al mítico Yelowstone, otrora tierra de tramperos, exploradores y mineros, con sus aguas termales, sus osos y alces y sus bellas formaciones boscosas; y la alusión al devastador incendio de 1988, hecho cuyos comentarios sobre la respuesta dada por la Administración Americana a la catástrofe re- flejan la admiración de los autores hacia el pueblo estadounidense y a su rico y variado patrimonio natural ¿cómo no, de otra forma, se hubiera vivido con intensidad viajes tan prolongados?.
Un salto en dirección Sur nos lleva a la tierra de los mormones y a la grandiosidad de los cañones y gargantas de sus parques ("trozo de tierra inútil" son palabras que los autores ponen en boca del conquistador español López de Cárdenas al referirse a Canyonlands; también definidas como "tierras que se elevan hacia el cielo"). En la visita a El Bosque Petrificado, El Gran Cañón, Zion, Capitol Reef, Brice Canyon, (que realizan en conjunto millo- nes de turistas al año), el lector piensa con admiración en las espectaculares formas y colores de un paisaje en el que la geología y las extremas condiciones metereológicas han propiciado la este- rilidad de los suelos, una flora paupérrima (algunas especies arbóreas como Pinus flexilis, el "limber pine" es reconocido y des- crito por los autores) y una fauna adaptada a la aridez y duras condiciones de habitación.
La visita al Gran Cañón de Colorado (300.000 has de superficie de parque, 440 km de longitud y nueve de anchura máxima, profundidad hasta de 1.800 m, rango de altitud entre 400 y 3.000m) permite a los autores adentrarse en datos complementarios de interés sobre la evolución geológica de su formación y otros as- pectos de la naturaleza e historia del Parque, con oportuna especificación de los lugares de observación que optimizan una visita apresurada. En la pormenorizada descripción, se narra como la erosión hídrica ocasionada tras el gran diluvio acaecido en el Triásico hizo desaparecer bosques de araucarias y otras coníferas de gran talla, helechos arborescentes, grandes reptiles y pequeños dinosaurios. Al pasar al "pequeño" Parque del Bosque Petrificado (sólo abarca 38.000 has), ubicado en Arizona, se constata la des- cripción que algunas guías hacen del parque: "... no es mas que un conjunto de troncos tirados sobre la arena, aunque sean troncos de piedra". A ella, los autores añaden "que siguen emergiendo tro- zas de árboles petrificados", aclarando las posible dudas del lec- tor y avivando su interés por "los troncos de piedra".
En ruta al Parque Nacional de Mesa Verde ("el único dedica- do en Estados Unidos a la arqueología de las ciudades que los Anasazi construyeron en la zona", afirman los autores) se hace un requiebro para cruzar la Reserva India de los Navajos, en el esta- do de Nuevo Méjico y describir acontecimientos históricos ligados a la expedición en 1540 del español Vázquez de Coronado, a su decepción de "no haber oro ni otro metal", y a la posterior colonización del territorio y fundación de la ciudad de Santa Fé, contemplada con emoción.
La visita a los parques californianos no podía dejar de estar (y lo está) precedida de una información de carácter general sobre el Estado, alusión a la acción colonizadora de jesuitas, dominicos y franciscanos, a los yacimientos de oro (como ha explotado la industria cinematográfica la búsqueda del preciado metal), junto con una descripción de ciudades, monumentos y obras de ingeniería emble- máticos que introducen al lector en un Estado de tanta vinculación histórica con España. Yosemite Park es uno de los gigantes, tanto por las peculiaridades orográficas (alberga “El Capitán”, la mayor roca granítica del mundo) y la diversidad y peculiar fauna (con mas de 266 vertebrados censados, desde el oso negro americano a la oropéndola “de vivos colores rojos”), como por la enorme talla y edad de las soberbias coníferas del Far West, en cuyo tamaño y peso com- piten la "red wood" (Sequoia sempervirens) y la Giant Sequoia (Sequoiadendron gigantea). También son gigantescos algunos pies de Pinus ponderosa y Pinus lambertiana, aunque no albergan en sus poblaciones ejemplares tan famosos como las secoyas bautizadas como las Tres Gracias y El Soltero, y el denominado Bosque Gigante (en el que destaca la mundialmente conocida como General Sherman), al que los autores se refieren aportando gran número de datos dendrométricos (pienso que no sin cierta envidia al comparar estos gigantes con las mas modestas coníferas del continente europeo).
En su viaje, los autores siguen en dirección norte para visitar los parques del Noroeste (North Cascades, Olympic y Rainier,). Las altas precipitaciones anuales, convertidas en nieve en las co- tas superiores a 3.000 m, permiten una explosión de bosques con especies de coníferas (los grandes bosques de Pseudotsuga comparten territorio con pinos, piceas, abetos, alerces) y frondosas (chopos y álamos, arces, fresnos, alisos) de gran belleza y riqueza forestal. En los recorridos por este conjunto de parques alternan las descripciones de la naturaleza con referencias a las tribus indias que ocupaban algunas zonas, al descubrimiento y constitución de su condición de Parques Nacionales, con fechas y perso- najes implicados, con alusiones a sucesos acaecidos mas de cien años atrás, como las sucesivas escaladas al glaciar Nisqually del Parque del Mount Rainier o al descubrimiento del National Olym- pic por el español Juan Pérez. En suma su historia humana.
Acabamos la lectura con una visita a los Parques de los Fiordos de Kenai y de Denali, “paraíso de la vida salvaje”, (viajes en barco y canoa, pesca, senderismo, paisajes en una soledad sobrecogedora), uno de los mejores destinos del mundo para practicar el turismo de naturaleza afirman “mis compañeros de viaje” tras su estancia en Alaska y acendrada experiencia como visitantes de tantos Parques Nacionales. Tras los detallados recorridos inmersos en la visión de los glaciares azulados “que terminan en el mar”, en contraste con los 1.767 m del Iceworm (cota del Parque); los fiordos, las poblaciones de osos, los rebaños de caribúes, los densos bosques e inmensas llanuras, también las tribus nativas del territorio y su primer contacto con los tramperos, “que compraban las pieles de los animales que aquellos cazaban” volvemos ¿a la realidad? Pero, ¿no es menos real “lo que hemos vivido en estas horas de lectura”?.
Termino mi viaje con un comentario final y una añoranza. “Viajando por 18 Parques Nacionales de los Estados Unidos” es un relato de vivencias personales, descritas con rigor y admiración, con una atractiva combinación de las imágenes descriptivas de parajes (acompañadas de algunas fotografías), destacados monu- mentos y hechos y personajes de la historia americana en relación con los lugares visitados. La añoranza se refiere al viaje virtual que me han permitido realizar los autores con su lectura.
José Alberto Pardos Carrión
Audio de la entrevista a los autores en el programa de radio 'Gente Viajera' de Onda Cero
Audio de la entrevista a los autores en el programa de radio Nomadasde de RNE hablando de tres parques nacionales de California
Audio de la intervención de la autora Susana en el programa Nomadasde RNE hablando sobre Yellowstone
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